Diseño del año 1965, su nombre proviene del parecido del modelo con un farol, farol de mano o farolillo (significado de «fanal» en catalán) con una anilla para poderlo transportar o colgar. Se realizó en dos tamaños, pequeño y grande, y se puede utilizar como lámpara de sobremesa, de techo o colgante. Por su gran versatilidad, Jordi Vilanova lo introdujo en todo tipo de ambientes: apartamentos en la costa, pisos en la ciudad, casas de montaña, tiendas, oficinas, etc. Los materiales utilizados son metacrilato 100% reciclado para la pantalla y hierro para la estructura.
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